lunes, 25 de mayo de 2009

El Lector. Bernhard Schlink


En medio del auge de la película “El Lector”, decidí leer esta novela, que me gustó mucho.

Está dividida en tres partes, de las cuales la primera bien podría haber sido un hermoso cuento o nouvelle de iniciación, ya que se basta a si misma. Relato de climas, pleno de un cuidado erotismo y sensualidad.

La segunda parte, cambia totalmente el registro, ya que es en el marco de un juicio. Como abogada de profesión me resisto a ver películas o leer libros relacionados con lo jurídico. Sin embargo el autor (que también es abogado) limita sus referencias jurídicas, y logra mostrar este momento desde el protagonista, el joven estudiante que una vez fuera. Se despliegan aquí, además, algunas de las preguntas mas interesantes que el derecho puede suscitar.

Pero el juicio da lugar a otro tipo de indagaciones: filosóficas, históricas, generacionales que se suman a reflexiones sobre la vida, la juventud, la soledad, el amor y la culpa. También logra transmitir algo sobre la generación del autor, que vivió su juventud en la posguerra, con todas las heridas que quedaron abiertas en la sociedad alemana. Todos los pensamientos relativos al conflicto generacional, en ese sentido, son extensibles a lo que sucedió en la sociedad argentina en la década del 70, y creo que en cualquier país donde haya habido hechos de horror asimilables al Holocausto.

Sin embargo, la novela nunca pierde su centro, y todas estas son derivaciones que se desprenden de la historia de amor y de obsesión que estructura el relato. Extraña historia de amor que logra además no desbarrancar por los terrenos ya demasiado recorrido del abuso de menores o la pedofilia.

Finalmente la tercera parte, profundamente conmovedora, es un final perfecto -aunque algo desolador- que logra condensar la totalidad de la historia. Pocas novelas me hacen llorar, y esta fue una de ellas.

Es –y dejé esto para el final ex profeso- una obra mas que presenta a la lectura como salvación, algo que todos los lectores compartimos.



No hay comentarios:

Publicar un comentario