martes, 27 de octubre de 2009

Los Hermosos Años del Castigo. Fleur Jaeggy

“A los catorce años yo era alumna de un internado de Appenzell. El lugar por el que Robert Walser había dado muchos paseos cuando estaba en el manicomio, en Herisau, no lejos de nuestro instituto. Murió en la nieve. Hay fotografías que muestran sus huellas y la posición del cuerpo en la nieve. Nosotras no conocíamos al escritor. Ni siquiera nuestra profesora de literatura lo conocía. A veces pienso que es hermoso morir así, después de un paseo, dejarse caer en un sepulcro natural, en la nieve de Appenzell, al cabo de casi treinta años de manicomio en Herisau.”

Asi da comienzo la novela “Los Hermosos Años del Castigo”, de Fleur Jaeggy. Y ese tono se mantiene, crudo, durante las 118 páginas en las que una mujer, adulta ya, recuerda su paso por el Bausler Institut, uno de los muchos internados donde pasó su infancia y adolescencia. Y es este colegio el que recuerda, y no otro, porque allí conoció a Frédérick, la chica nueva que llega un día, personaje hermético y complejo, que la fascina y la obsesiona.

El comienzo permanece también en los temas presentes en cada página: La locura, la muerte, y en particular la soledad total de los personajes, del paisaje, del clima siempre frío, del mundo que está afuera, recién saliendo de la Segunda Guerra Mundial.

La sutileza del relato, la intimidad de lo que se cuenta, de los pequeños detalles y momentos que se rescatan, van armando un diario contando desde los momentos ínfimos, los que parecen menos importantes pero forman la estructura de una vida. Pero lo que se cuenta no es tan importante como lo que se reflexiona.

“No tenemos quejas de nuestros educadores. Tal vez los hemos respetado demasiado, pero esto formaba parte de la educación que hemos tenido., y si cada noche besé la mano de la mère préfete, sin rebelarme jamás, es porque a veces, mas allá de todas las reglas, tuve la voluptuosidad de hacerlo. La voluptuosidad de la obediencia. Orden y sumisión no pueden saberse qué resultados darán en la edad adulta. Se puede llegar a ser criminales, o, por desgaste, bienpensantes. Pero hemos recibido una impronta, sobre todo las chicas que han estado de siete a diez años en un internado. No sé qué fin habrán tenido, no sé nada más de ellas. Es como si hubiesen muerto. Sólo a una, a ella, Fréderick, la he buscado por todas partes, porque ella me precede. Y siempre esperé su carta. Ella no forma parte de los muertos. Yo tenía la certidumbre de que no volvería a verla, y esto también gracias a nuestra educación: renunciar a las cosas bellas y temer las buenas noticias.”

Fleur Jaeggy escribe con una belleza y una perfección crueles. Oraciones cortas, precisas y tajantes. Por momentos hay detener la lectura para respirar. Casi agrede al lector con sus imágenes, con sus reflexiones. Un talento doloroso que vale la pena conocer.

La novela me gustó mucho, aunque tal vez me incline a recomendar mas el libro de cuentos “El Temor del cielo”, en los cuales su estilo, unido a las historias tremendas que cuenta, surten un efecto demoledor. Para decirlo de una manera gráfica: Si usted leyó el cuento “Patrón” de Abelardo Castillo, en “El temor del cielo” de Jaeggy encontrará una suma de cuentos tan crueles como ése, escritos por una autora brillante.

lunes, 26 de octubre de 2009

Porqué dejé de leer “Malacara” de Guillermo Fadanelli

Por una cuestión de seriedad, no comento nunca los libros que dejo de leer. Y a veces, por una cuestión de misericordia, no comento los libros que no me gustan. Misericordia y además porque la crítica en contra es la mas fácil. Pero con este libro me pasó (me pasa) algo extraño. Dos veces lo empecé a leer, y las dos veces me pareció que “algo” potable había allí. El personaje es corrosivo y rebelde, y por eso en cada página encontramos frases buenísimas para rescatar. Pero (y esto me pasó las dos veces que lo empecé) al poco de avanzar nos damos cuenta que no sabemos nada del personaje, no sabemos de dónde viene esta forma de ser, no se cuenta nada, todo parece absolutamente arbitrario, como si el autor hubiera buscado cualquier excusa para poder escribir cosas muy buenas como las siguientes:

“Maldita sea, si es evidente que para este juego me ha tocado apenas un par de corazones, ¿qué puede hacer ese minúsculo par frente a la pedante flor imperial con la que tanta gente se abanica? A cierta edad somos responsables de nuestra propia cara, escribió el señor Camus; bueno, en mi insensata opinión esa cara es nada menos que el espejo de la ahora tan nombrada verdad.”

“Como cualquier persona mediocre temo que la paz momentánea que reina en mi casa sea destruida en un momento inesperado. Es ésta la razón que me hace temblar cuando una visita espontánea toca a mi puerta.”

“Cómo disfrutaba pronunciar las palabras “soy un hombre de bien”, es una oración tan sencilla que solamente un hombre honrado puede advertir cuándo es pronunciada de una manera falaz. En ocasiones, la frase puede tocar también el corazón de los hombres malvados, quienes, de inmediato, se sienten sucios frente a un hombre que, a diferencia de ellos, insiste en procurar el bien. La cuestión es que esta frase nunca deja a nadie impasible.”

El libro esta escrito en un tono altisonante mas de una vez malogrado, que le quita naturalidad y credibilidad al protagonista. Por momentos parece haber una intención humorística, tampoco lograda en mi opinión. El Negro Fontanarrosa en sus cuentos, por ejemplo, hacía de la utilización de cierto “lenguaje culto” una herramienta humorística infalible. Aquí no se sabe si cierto vocabulario rimbombante está para hacer reir, o para mostrar las aptitudes del autor. Tanto los pensamientos lúcidos como el vocabulario difícilmente pueden ser atribuidos con naturalidad al personaje narrador: es muy poco lo que sabemos de el, y no podemos vincular a nada su mirada del mundo y su manera de expresarse. Teniendo en cuenta dónde quedó el señalador, llegué a leer 60 páginas en esta segunda oportunidad. Y tenia la firme intención de leerlo todo, porque me parecía que “algo” había ahí. No lo lo aguanté. Y miren que soy aguantadora, eh……. Pero no sé, no estoy convencida 100% de estar en lo cierto denostando este libro. Me quedé intranquila. Asi que escribo esto, porque capaz que a alguien le interesa y quiere sacarme de dudas.

lunes, 19 de octubre de 2009

La Piedra Lunar. Wilkie Collins

La piedra lunar, escrita en el siglo XIX (1868) por Wilkie Collins ha sido considerada como una novela precursora del genero policial.-
La historia relata la misteriosa desaparición de un diamante fabuloso llamado "La Piedra Lunar" que ha sido robado del altar del Dios del Sol de la India, y carga con un maleficio sobre quien lo posea ilegítimamente. El diamante, robado por un corrupto oficial inglés es legado como regalo de cumpleaños a una bella joven de la aristocracia llamada Rachel Verinder. El aniversario de Rachel se celebra en un tenso, enrarecido ambiente. Entre los invitados se encuentran sus primos y a la vez pretendientes Franklin Blake y Godfrey Ablewhite. En esa ocasión, Rachel luce en sus atavíos el diamante y todos los invitados pueden verlo. Pero también tres funámbulos que merodeaban en los alrededores de la mansión. Más tarde en la noche, el diamante desaparece misteriosamente del dormitorio de Rachel. A partir de ese momento, comienza la infructuosa búsqueda del diamante, que será puesta en manos del Sargento Cuff, renombrado policía. El libro es una serie de relatos de los distintos testigos de los hechos, que relatan lo que vieron tiempo despues, cuando ya el misterio ha sido desveldo. Pero el lector está en ascuas has la última página, lo puedo asegurar!!!

Se trata de una novela excelente, llena de virtudes: Los relatos dan cuenta de la personalidad de los testigos, las cuales son en algunos casos hilarantes, en especial el mayordomo Betteredge y la prima solterona. Asi, los capitulos tienen el colorido de diferencarse en la forma de escritura y los puntos de vista de cada personaje.

Por otra parte, el argumento "detectivesco" no agota la trama, sino que hay una hermosa hisotria de amor que se va desarrollando conjuntamente.

Teniendo en cuenta la época en que fue escrita la novela es para destacar lo moderno de la escritura y lo atrapante del relato, que se torna mas y mas adictivo.

Lo recomiendo especialmente para aquellos a quienes les guste leer libros clásicos.

Este libro lo leí en el marco del club de lectura de "Cargada de Libros" para quien quiera entrar a ver otrso comentairos de los lectores. Fue una linda experiencia y en particular para mi un hallazgo tanto el libro como el autor, que tiene una obra prolífica que he de explorar en el futuro.

Ahora quiero conseguirme alguna pelicula, pero por lo que estuve investigando sólo hay una serie de la BBC...si alguien tiene links de descargas que me los pase!!!!